Carlos Aranda desmontó un partido arrugado pero apacible para el Granada, que apenas pasó problemas para defender su portería pero que se quebró a mitad de la segunda parte, con un envío largo servido por Romaric que remachó el delantero malagueño a la red. El encuentro dejó mucho que desear en cuanto a juego, dominó el aburrimiento, pero al técnico rojiblanco al menos le sirvió para chequear a su segunda unidad y comprobar que tiene un par de centrales que pueden ser titulares, que Brahimi y El-Arabi estaban bajo mínimos de energía, que Benítez está llamado a estar el domingo entre los elegidos de Los Cármenes. El ataque dejó poco legado en el área contraria, pero no sufrió demasiado en la suya.
La revolución prevista, y pendiente, tuvo lugar en Zaragoza, donde Anquela retocó casi todas las teclas, aunque sin renunciar a una apuesta creativa en el centro, con Brahimi, y a la potencia atacante de El-Arabi y Floro Flores. Aunque al marroquí se le vio con una marcha menos, acusando quizás el cansancio acumulado del domingo, sí gozó de una buena oportunidad casi a la media hora, cuando empalmó un balón en área a centro de Ortiz, que rebotó en el central Paredes.
Fue un Granada aseado de inicio, que buscaba salir tocando desde atrás para luego asustar a la zaga adversaria con un balón a su espalda, donde tiraba desmarques Floro Flores. Dani Benítez le dio otro aire al costado zurdo. Tuvo sus irregularidades, como algún pase errado en parcelas de riesgo, pero acometió con su destreza habitual y exhibió su excelente pierna izquierda en varios centros al área. Estuvo muy intervencionista.
Brahimi no estuvo muy participativo en este primer acto. Iriney tiene un efecto magnético, que parece profanar los espacios que le corresponden al otro mediocentro. La zaga, donde solo repetía Nyom, se comportó con flexibilidad, aunque tuvieron también algún lío de desconexión que pudo salir caro, como en una jugada que no se alejó a tiempo y casi permite que Zuculini marque.
La segunda parte se humedeció con el paso de minutos, con un Granada que no pasaba demasiados problemas atrás y un Zaragoza algo más pendiente de gobernar, pero sin alardes. Perdían fuelle los de Anquela, pero seguían estables, aunque fueron buscando alguna solución en los cambios, que no aportaron mucho. El-Arabi, muy cascado y desesperante a la hora de ejercer la presión, fue relevado por Orellana, que tampoco le mejoró en demasía.
Los problemas brotaron cuando Brahimi se lesionó y apagó cualquier atisbo de luz para un partido sumido en la espesura, condenado al empate sin goles. Pero en un envío largo de Romaric, Aranda cazó el balón en el área, a espalda de Mainz, que reclamó un fuera de juego. El malagueño controló con el pecho, disparó de empalme y su tiro dio en el poste antes de entrar. Un tanto de bandera que quebró el tedio.
Con Lucena en el campo por Brahimi, Anquela acabó tirando de Ighalo por Floro Flores, pero ni por asomo se generaron oportunidades de gol para los rojiblancos (esta vez de negro). El resultado no es malo de cara a la vuelta, deja unas sensaciones apreciables en defensa, aunque nulas en ataque. Especialmente, se ha recuperado a un jugador vitalista e impulsivo para la banda izquierda, como Dani Benítez. Los experimentos no fueron maravillosos pero sí eficientes. Hasta el gol.
FICHA TÉCNICA:
Real Zaragoza: Leo Franco; Sapunaru, Álvaro, Paredes, Edu Oriol (Stefan, m. 81); Movilla, Zuculini (Wílchez, m. 55), Romaric, Abraham, Víctor (Postiga, m. 69); y Aranda.
Granada CF: Roberto; Nyom, Mainz, Diakhaté, Brayan Angulo; Iriney, Brahimi (Lucena, m. 72), Juanma Ortiz, Dani Benítez; El-Arabi (Orellana, m. 67) y Floro Flores (Ighalo, m. 80).
Goles: 1-0, m. 77: Aranda, al controlar un envío largo en el área y disparar.
Árbitro: Álvarez Izquierdo (colegio catalán). Amonestó a los locales Álvaro y Sapunaru; y a los visitantes Nyom, Mainz y Juanma Ortiz.
Incidencias: Partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio La Romareda, ante unos 4.500 espectadores.Real Zaragoza 1 - Granada CF 0
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